Senderismo

Sendero Geológico Santa Bárbara

Sendero Geológico Santa Bárbara

Un recorrido único por paisajes de alta montaña, rica biodiversidad y vestigios mineros, ideal para los amantes de la naturaleza y la geología.
El sendero comienza en los Prados del Rey, pequeños prados de alta montaña, conocidos como borreguiles, de gran valor botánico y faunístico. Estos pastizales húmedos se desarrollan en un valle sobre un sustrato silíceo de filitas, cuarcitas y calcoesquistos, y están flanqueados por los Calares de Santa Bárbara, La Boleta y de Tejoletas. El drenaje se realiza a través del Barranco de Las Riscas, por el norte, y del Barranco de Relumbre por el este. Suelen cubrirse de nieve en los meses más fríos y formar pequeños humedales cuando hay precipitaciones abundantes. Comenzamos la subida al Calar de Santa Bárbara, una gran mole rocosa de dolomías y calizas. Los yacimientos estratiformes de galena y fluorita que aparecen en algunos niveles dolomíticos han hecho de la minería una de las actividades más antiguas y arraigadas de la Sierra de Baza. La explotación minera del plomo comenzó en época romana y alcanzó su mayor esplendor entre mediados del siglo XIX y mediados del siglo XX. Agotados los recursos de plomo, se continuó con la extracción de fluorita, que alcanzó un nuevo esplendor en las décadas de los años 60 y 70, con extracciones concentradas en los calares que finalizaron en 1983. Durante el recorrido se observan restos de estas infraestructuras mineras, extreme las precauciones. Durante el ascenso se observan al sur y al este las Zonas Internas (Sierra de Baza, Sierra de los Filabres y Sierra Nevada). Destaca el contraste entre el Complejo Alpujárride de la Sierra de Baza, y las suaves lomas de las rocas del Dominio Nevado-Filábride de Sierra Nevada. El vértice geodésico que marca el pico del Calar de Santa Bárbara (2268,7 m) es un balcón natural sobre el Geoparque de Granada, una de las Cuencas Neógeno-Cuaternarias más relevantes de la Península Ibérica, los altiplanos de Guadix y Baza, rodeados de altos relieves béticos. Al norte las Zonas Externas, rocas sedimentarias formadas como sedimentos en el Mar de Tethys durante el Mesozoico y Terciario que conforman las sierras subbéticas y prebéticas. Un contraste de paisajes derivado de una compleja historia geológica. Los procesos periglaciares como la gelifracción, la rotura de la roca por la presión que ejerce el agua al congelarse dentro de las fisuras, y la dinámica de vertientes, como la caída de rocas y los desprendimientos, han sido procesos muy activos durante las épocas frías del Cuaternario, sobre todo en las zonas altas del Calar. Es patente el modelado kárstico. El agua de lluvia cargada de CO2 disuelve las rocas carbonatadas formando lapiaces, surcos o acanaladuras producidas por la disolución de la roca al escurrir el agua sobre ella, y dolinas, depresiones circulares formadas por el colapso de cuevas subterráneas o por disolución en torno a fisuras o una sima, que muestran en su fondo arcillas de descalcificación. El sendero finaliza en las Minas del Carmen, donde se explotó el filón Violeta, rico en plomo y flúor. La actividad fue muy intensa de 1960 a 1980, y los minerales extraídos se dedicaron a la industria siderúrgica. Aquí finaliza también el sendero Minas del Carmen, que nos llevará de vuelta a los Prados del Rey.